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Características de la Sociedad Dominicana en la segunda mitad del siglo XVIII


Saint-Domingue y Santo Domingo en el siglo   XVIII :
Aparición de dos identidades en una sola isla, en la lejana frontera de dos imperios europeos
Pedro Ureña Rib. Université des Antilles et de la Guyane
XI Congreso APFFUE, La Rioja, Logroño, mayo 2002

El presente trabajo se inscribe en un programa de investigación sobre ‘imágenes y representaciones’ en el Caribe y en las regiones ultraperiféricas de Europa que actualmente realiza la sección de Guayana francesa del Grupo de investigaciones sobre las zonas criolloparlantes del Caribe y de la Francofonía  e la Universidad de Antillas y de la Guayana francesa, UAG.
El objetivo de dicho programa es el estudio las imágenes y representaciones de sí mismo y del “otro” recogidas a través de los discursos ordinarios de grupos humanos caribeños y ultraperiféricos. Discursos de grupo y discursos abiertos inducidos por preguntas del tipo : ¿Cómo son los martiniqueños? ¿Cómo son las mujeres martiniqueñas? ¿Qué piensan las mujeres martiniqueñas de ellas mismas? ¿Qué piensan los hombres martiniqueños de ellos mismos? Y contrastadas luego con las respuestas a la otra serie de preguntas sobre sí mismo y sus conciudadanos : ¿Cómo soy? ¿Cómo somos nosotros los dominicanos? ¿Cómo son las mujeres
dominicanas? ¿Qué piensan ellas de sí mismas? El corpus se completa con otras preguntas sobre la opinión personal del informante a propósito de su propio grupo humano: ¿Cuáles son las ‘mejores’ virtudes o los ‘peores’ defectos  de sus conciudadanos?

Los corpus constituidos de esta manera son tratados entonces por un programa computarizado que ayuda al investigador a asignar cada ocurrencia a una serie de grupos nacionales del área de experiencia tratado2: el ser humano y sus relaciones con los demás y consigo mismo, es decir, la concepción viva e inmediata del hablante interrogado, de manera espontánea y directa. Los grupos nocionales asi establecidos son estudiados estadísticamente en función, primero, de la frecuencia de las ocurrencias que integran cada grupo nocional, representada como valor positivo, y, en segundo lugar, de la dispersión o variedad del léxico
incluido en cada casilla o grupo nocional. La importancia relativa cada GN, es decir, su “fuerza nocional” se establece en función de la mayor frecuencia y de la menor dispersión léxica que aparezca en cada uno. Se obtienen asi los grupos nocionales más significativos dentro de cada grupo humano estudiado, llegando a poder constituirse las hipernociones3 que dominan en el discurso estudiado.

Esta operación estadística no sería muy productiva si cada informante no fuese incriminado según sus características individuales (sexo, edad, orígen étnico), lo que nos permite observar con mayor precisión la concepción del ser humano y de los componentes del grupo relfejada en las matrices lexico-semánticas de cada corpus. Ahora bien, si dichos resultados no son comparados con lo que hemos llamado la “zapata cultural inicial” de las sociedades surgidas en América y en particular en el Caribe, las operaciones de selección y de clasificación realizadas por el investigador serían menos objetivas y los resultados obtenidos serían en extremo aleatorios. En efecto, las imágenes y  representaciones que se construye cada grupo humano a través del discurso corresponden a una doble articulación : por un lado estas imágenes y representaciones son heredadas por los informantes del grupo al que pertenecen, han sido elaboradas en el pasado y, en el presente, varían en función de los contactos de los miembros del grupo con culturas exógenas y en función de las presiones endógenas que se generan en el grupo humano en pro de cambios y adaptaciones. El ir y venir del corpus analizado a los estamentos culturales históricos y y el retorno al árbol
A partir de las nociones constituyentes de un árbol semántico que se ha diseñado en función de los conceptos de ser humano y de cultura utilizados.  Así en un estudio sobre la República Dominicana  y Martinica se establecieron en los dos corpus las siguientes hipernociones, representativas de las preocupaciones mayores de los informantes : En el corpus martiniqueño aparecen las nociones : El materialismo ; El “ makrelage ” (chisme o comentarios sobre sí o sobre el otro) ; El sexo. En el corpus dominicano : las de : El trabajo ; El goce ; La colaboración en el trabajo.
El concepto de cultura que hemos adoptado en nuestros trabajos es el siguiente : el conjunto de relaciones que el ser humano establece, para su suprevivencia, conciente o inconcientemente, consigo mismo y con “el otro”; con el grupo; con la naturaleza; con lo sobrenatural.
La zapata cultural inicial:
En cada caso hemos tratado de sistematizar la observación de los grupos humanos en el Caribe y la situación de cada territorio o isla, desde una perspectiva diacrónica, a partir de dicha zapata cultural inicial, núcleo central de las culturas recientemente forjadas en el Caribe y de lconstituyen el fondo cultural en el que van a definirse vocaciones y tendencias en los pueblos del Caribe.a observación de los rasgos dominantes de su evolución. Los siglos XVI, XVII y sobre todo el XVIII,  La revolución francesa y de inmediato la revolución haitiana, al final del siglo XVIII, pusieron punto final a una configuración cultural que en los casos de Cuba, Haití, República Dominicana y Puerto Rico sentó las bases para una lenta definición de identidades que se consolida a través del siglo XIX en los procesos de independencias y autonomías que surgieron y que en el siglo XX se concretaron frente a las presiones del “gran vecino del norte”, dándole los matices que hoy las caracterizan.

Los cuatro elementos sociales fundadores de las culturas caribeñas son, a nuestro entender, en primer lugar, la función asignada por las metrópolis a los nuevos territorios; en segundo lugar, los grupos humanos (europeos, africanos, amerindios, orientales) los que por su entronque o función en la nueva sociedad y por el momento de su aparición en el lugar, han dado un carácter especial a la micro cultura estudiada; en tercer lugar, la presencia / ausencia del poder exógeno, que en un juego de toma y daca, una potencia substituye a la otra en la posesión de tierras, islas y seres humanos. El cuarto elemento, corresponde al sistema económico de plantación, y el lugar que dicho tipo de explotación ocupa en el territorio y en la economía de la colonia.

El estudio de estos basamentos y su evolucion en los tres siglos considerados, XVI, XVII, y XVIII, nos ofrece una paleta multicolor que define la idiosincrasia de cada uno de los grupos humanos del Caribe.

La República Dominicana y Haití, dos naciones en una sola isla, con sus diferenciaciones y sus complementariedades, son el vivo ejemplo de cómo la articulación de esos factores, sensiblemente los mismos, pero diferentes en proporción y con un orden de aparición distinto, producen dos perfiles culturales distintos: el dominicano y el haitiano.
La Española, Quisqueya o Haití
Antes de que en la isla existieran dos culturas
Situada al sur del Trópico de Cáncer con una superficie de 76 500 km² , la isla está dividida hoy en dos repúblicas, la Dominicana con 48 442.23 km² y la de Haití con 27 750 km2. Al oeste Cuba, al este Puerto Rico. Bañan la isla, al norte, el océano Atlántico y al sur el mar de las Antillas o mar Caribe.
La población: 
La población amerindia disminuyó en 1519 a 3 000 individuos de una cifra estimada en
400 000 habitantes en 1492. En 1503, el 20 de diciembre se inicia el sistema de encomiendas. Este sistema de distribución y de esclavitud de amerindios fue autorizado por la corona y constituyó una de las razones esenciales para su desaparición en tan solo unos trenta años. En 1513 tuvo lugar la eliminación masiva de amerindios en ocasión de una “fiesta” ofrecida por los españoles a los que aún sobrevivían en ese momento, a pesar de las nuevas condiciones de vida y de la eliminación de su sistema social y cultural al ser desplazados según la voluntad de los encomenderos y las necesidades de trabajo en las minas. Los que quedaron con vida dirigieron una larga revuelta que se convirtió en mítica para las futuras generaciones. El final de esta guerra fue coronada con el primer tratado firmado entre un Emperador europeo, Carlos Vto , y un Cacique americano, Enriquillo. En 1533, el 2 de marzo, en el mismo año en el que se produce la primera rebelión de esclavos en Cuba, fue firmado el tratado de paz que garantizaba a la libertad a los pobladores amerindios y los convertía en súbditos de la Corona española. Esta revuelta se había llevado a cabo en las inmediaciones de las montañas del
Bahoruco, limítrofes entre las dos naciones actuales que comparten la isla.
Para ambas naciones, Anacaona y Enriquillo son figuras fundadoras asimiladas a la historia de la cultura de cada país.  Anacaona, dominicana para los dominicanos y haitiana para los haitianos. La población amerindia desaparecerá totalmente y solamente sobreviven cierta tipología de rasgos físicos entre los pobladores de la región: pelo más bien lacio, color cobrizo, pómulos salientes.

Presencia africana
La mano de obra esclava de origen africano llegó a Santo Domingo por primera vez el 2 de enero de 1502, hace exactamente cinco siglos. Y el inicio de la trata, que contribuyó particularmente a la formación de las nuevas sociedades caribeñas y americanas, comenzó el 12 de febrero del 1528, diez años antes de la fundación de la primera universidad de las américas.

El 26 de diciembre de 1522 estalla la primera rebelión de esclavos en América, en los ingenios del Almirante Don Diego Colón y de Melchor Castro en Haina a unos 30 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo. Pocos años más tarde, en 1548, Lemba, jefe cimarrón que dirigía varios grupos de esclavos alzados, fue capturado y ajusticiado. Ya en 1568 había en Santo domingo unos 20 000 africanos.

Presencia europea
Los españoles
La isla era una y envidiada por los vecinos europeos de España. A partir de 1513 se inician los asaltos de los corsarios, contra los barcos de la corona española, tratando de romper el comercio monopólico en los mares y tierras recientemente descubiertos. Esta corriente se intensifica hasta que en 1596 una cláusula secreta del tratado de paz de Vervins autoriza a los firmantes, españoles y franceses, a hacerse la guerra al este del meridiano de las Azores y al sur del Trópico de Cáncer. Durante todo el siglo XVI solamente los españoles pueblan la isla. Los corsarios y los piratas realizan incursiones que asustan a las poblaciones y ciudades fundadas, a propietarios y a funcionarios. Tres elementos van a contribuir a configurar el perfil del europeo en la isla en ese siglo. Desde muy temprano se agotan las minas de oro en la isla. En 1515 se inicia el proceso de agotamiento de las minas. 
Ingleses y Holandeses
La conquista de la tierra firme y el descubrimiento de las minas de oro y plata precipitan a propietarios, artesanos y a una importante población hacia las nuevas colonias a mediados del siglo. El pirata Drake había saqueado la ciudad en 1586, en el 98 una flota inglesa había llegado a las costas de Puerto Rico.
En 1600 el capitán de dieciséis barcos holandeses que llegan a la costa norte de Santo Domingo desembarca y lee una proclama del Príncipe Mauricio de Holanda, en la que promete protección a todo habitante de la isla que abjure del catolicismo, se acoja a la religión protestante y reconozca la soberanía de la República Neerlandesa.

Despoblaciones del Gobernador Osorio
Las autoridades españolas de la isla decretarán, so pretexto de evitar el comercio ilegal con los extranjeros, la despoblación de toda la banda noroeste de la isla. Las villas y pueblos de toda esa región fueron desplazados hacia la parte sur, y sureste lo que se realizó con fuertes pérdidas de propiedades y de ganado entre los años 1603 y 1605. El ganado perdido se convierte en cimarón, lo que facilitará luego una serie de escaramuzas de cacería, trueque y contrabando de ganado con la colonia que pronto se establecería en la banda occidental de la isla.
Los españoles habían creado en la isla una ciudad que rivalizaba con las más hermosas ciudades europeas de la época, habían fundado una universidad, la primera del “ nuevo mundo ” y habían erigido una catedral. Pero la atracción de la tierra firme, con sus mitos sobre “ El Dorado ”, las riquezas del Perú y las inmensas riquezas en oro y plata de la Nueva España, la inseguridad de la isla atacada por piratas y filibusteros y la nueva configuración económica al haberse agotado los recursos auríferos hicieron que la isla se despoblase poco a poco, proceso que habría de culminar con las “ Despoblaciones de Osorio ” dejando así las puertas abiertas a la entrada de otros grupos humanos.

Los franceses
Los franceses que se instalan en Saint Cristóbal (Actual Saint Kitts) alrededor de 1625 logrando establecerse firmemente en 1630. La isla de la Tortuga se convierte en el centro más importante de filibusteros y bucaneros y de piratas de origen francés, inglés, portugués y holandés. Una organización social muy particular, descrita por un cirujano, probablemente francés publicó con gran éxito en Amsterdam sus experiencias en la isla de la Tortuga bajo el título de Van de Americaensche zeerovers. (A propósito de los piratas americanos)
En el siglo XVII el Caribe es ya una especie de un mediterráneo plurilingue y multicultural. Vivero de nuevas lenguas, estas relaciones entre nacionales de países que no tenían entre ellos mismos una lengua nacional definida (solamente los españoles poseían una lengua hablada por la mayoría de los marinos, colonos, administradores y agricultores ya que la procedencia principal de la implantación española era andaluza y castellana, mientras que la presencia del galaicoportugués o del catalán era en esa época menor). Los franceses se encontraban aún en medio de una diversidad dialectal bien desarrollada (se hablaban las lenguas del Languedoc, Provenzal, Limosino, Picardo, Wallon, Bretón, entre otras). La “ oficializacoón ” y generalización del francés habría de esperar a Luis XIV. De ahí que la zona acogiese la creación de varios criollos : criollo con base léxica francesa, inglesa o portuguesa, siendo el criollo del español raro en las islas, pero sobre todo desarrollado en la selva colombiana entre los dos grandes océanos : el palenquero, criollo con base léxica castellana.
El poder exógeno
España
Durante todo el siglo XVI y XVII el reino de España estableció sus instituciones políticas y sociales en América. Su colonización se fundaba en la transferencia de las instituciones : se crearon las Capitanías generales, el virreinato y se impuso el orden real en las colonias. Administrativamente el Rey otorgaba Cédulas para la creación de ciudades y burgos y la colonización era organizada desde el mismo reino.
Pero la presencia española se hizo cada vez menos importante luego del establecimiento de los grandes virreinatos de Tierra Firme. Éxodos provocados por el desplazamiento de los habitantes hacia esos polos de atracción, por los ataques de los piratas, por la debilidad general de la colonia y la débil industria azucarera ya casi abandonada en favor de otros cultivos.

Francia
Los franceses se habían incorporado a las actividades americanas por medio de acciones privadas y a través del auspicio de operaciones contra los convoyes españoles. Para ello necesitaban establecerse en lugares y puertos que les pudiesen servir de refugio para sus barcos y donde pudiesen abastecerse de agua dulce y comida. ¿Qué mejor lugar que la isla de Santo Domingo, medio desierta ya por decisión oficial y donde el ganado cimarrón merodeaba en libertad en medio de las antiguas plantaciones convertidas de nuevo en montes casi inexpugnables? Una isla que además estaba situada en el mismo centro geográfico de la entrada a la América del sur.

En 1625 ya los franceses estaban en la isla de la Tortuga y tomaban posesión de la isla de San Cristóbal para de ahí ocupar Martinica y Guadalupe. Los corsarios de la isla de la Tortuga, han descendido ya a la “ isla grande ” donde se establecen y son ulteriormente reconocidos tanto por los franceses como por los españoles. Fue poco a poco como en el curso de ese siglo se fueron estableciendo los eslavones para el nacimiento y desarrollo de una colonia que se convertiría en el mayor pilar de la economía francesa en el siglo XVIII.

En primer lugar la colonia era una “ propiedad privada ” establecida en el noroeste de la isla. Numerosos destacamentos y misiones militares españoles fueron despachados durante todo el siglo para combatirla, pero en 1648 fue finalmente reconocida por medio del tratado de Westphalia. Un año después de que hubiesen sido desmanteladas sus fortificaciones en la isla de la Tortuga, es decir en 1656, los franceses ocuparon parte de la isla grande e iniciaron una serie de incursiones sobre dicho territorio y recibieron un gobernador nombrado por el rey de Francia y  por la compañía de las indias Occidentales. Ulteriormente, y por medio del tratado de Nimègue en 1681 la colonia sería reconocida por los españoles. Los franceses, organizados por De Pouançay, establecieron las bases de una colonia que, además del comercio, había desarrollado el cultivo del tabaco e iniciaba intercambios con la colonia española luego de la paz de Nimègue. La colonia del occidente contaba por ese entonces con unas 7 848 personas.

La compañia de las Indias occidentales francesas había sido creada por Colbert en 1664. El “ Code Noir ” fue publicado en 1685 justo 20 años después de la organización oficial de la trata negrera por los franceses.

La Plantación Santo Domingo
Una de las características de las culturas Caribeñas es la plantación industrial que surgió de la explotación de la mano de obra esclava en América. En el Santo Domingo español, ya había en 152013 unos 20 “ ingenios ” y cuatro “ trapiches ” que elaboraban el producto de la caña de azúcar importada en 1506 de las islas Canarias. Pero su desarrollo no duró más que hasta el último tercio del siglo. El ganado que había sido traído a principios de la colonización por el Gobernador Ovando se había desarrollado por partida doble. Grandes hatos habían surgido en la parte central y del sureste y, silvestres, en la parte noroeste, llamado ganado “ cimarrón ”.

Durante ese mismo período por las necesidades estratégicas y la nueva configuración del comercio se abandonó el puerto de Santo Domingo. La actividad dominante ese siglo XVII fue la ganadería y un baja producción agrícola que no bastaba para más que para la subsistencia de los habitantes. Se desarrolla entonces el trueque y el contrabando con la vecina colonia del Saint Domingue francés, donde el desarrollo de la plantación hacía necesarios todos los brazos útiles en Numerosos viajeros decían que en esta colonia había palacios mejores y mayores que cualquiera de los que le hubiesen alojado e Europa. Otros viajeros compararon la magnificencia de Santo Domingo a la Florencia de la
época. La impresión del Obispo Alejandro Geraldini, a su llegada a esta ciudad en 1520, la expresó de esta manera:
“ Finalmente, al cuarto día entramos en el puerto de la nobilísima Ciudad de Santo Domingo, donde con gran aparato del pueblo, nobleza y magistrados, fui recibido por ser el primer obispo de esta Iglesia que a ella a pasado; quedé admirado de ver tan ínclita ciudad, fundada hace el breve tiempo de vinticinco años, porque sus edificios son altos y hermosos como los de Italia, su puerto capaz de contener todos los navíos de Europa, sus mismas calles anchas y rectas que con ellas no sufren comparación las calles de Florencia ”.  
Las tareas agrícolas y la alimentación se basaba principalmente en carnes importadas de la
homónima española.

Saint-Domingue
Mientras que la colonia española se consumía lentamente, la colonia francesa crecía de manera asombrosa : en 1647 había ya 5 000 esclavos africanos frente a una población blanca de 8 000 personas. Los cultivos de azúcar, café, índigo, algodón hacían crecer una economía en pleno florecimiento. Un siglo más tarde, de 1756 au 1773, el futuro Haití, sería la colonia más rica del mundo y uno de los mayores recursos del reino de Francia.
Esta configuración de la economía y de la población, durante el siglo XVIII determinaron un pefil humano diferente en las dos colonias. Las necesidades de mano de obra hicieron crecer la población de origen africana en la colonia francesa, y por ende condiciones estrictas en las relaciones amo esclavo, definidas como relaciones “ raciales ”, mientras que la pobreza y el abandono de la española generaron una sociedad menos estricta a ya que la proporción esclavo / amo era ínfima en aquella parte.

La población al final del Siglo XVIII en las dos colonias puede apreciarse en los cuadros
siguientes : Los datos demográficos de la colonia española de Santo Domingo (Cassá
1977:158) Población Cantidad de habitantes
Población total 100 000 a 125 000
Población esclava 25 000
Población libre o de color “pretendidamente ” blancos 40 000
Lo que quiere decir que la composición social en etnoclases estaba distribuida como sigue:
Grupo étnico Porcentaje de la población Los mulatos 60%
 Moreau de Saint Merry : “ Los prejuicios de color, tan poderosos en otras naciones donde se ha establecido una barrera entre los blancos y los libertos o sus descendientes, casi no existe en la parte española. Por eso, las leyes de las Indias españolas sobre los libertos han caído absolutamente en desuso. Hay que repetirlo, la constitución política de la colonia española no admite diferencias entre el estado civil de un blanco y el de un liberto. Es también rigurosamente cierto que la gran mayoría de los colonos españoles son mestizos, que tienen
todavía más de un rasgo africano que los traicionan luego, pero que han hecho disimular un prejuicio que podría
considerarse nulo.... ”
11
Los negros 20%
Los “ pretendidamente ” blancos 20%
Santo Domingo 1780 Saint-Domingue1783
Ingenios y Trapiches 20 783
Habitantes 100 000 525 000
Esclavos de plantación 600 No cifras
Total de esclavos De 10 000 a 12 000 450 000
La función de las colonias 
Este cuarto aspecto - que en realidad es el primero desde el punto de vista del desencadenamiento de la serie de acontecimientos que llevaría al surgimiento de las sociedades criollas del Caribe y en particular a las que nos ocupan, es decir Haiti y República Dominicana - de indudable corte político y estratégico, fue siendo moldeado por las relaciones de poder que se dieron en españa y Francia y en toda la Europa que se vio involucrada en la ocupación del nuevo mundo.
España en Santo Domingo
Si el objetivo inicial había sido el de encontrar una “ nueva ruta ” hacia las Indias nos encontramos que desde que el Gran Almirante tocó tierra, y precisamente en la isla que bautizó La Española, su pensamiento y sus objetivos fueron variando : de la observacion maravillada de la naturaleza y de la belleza de los habitantes que encontró, pasó a los aspectos comerciales. En sus cartas comenzó ya a sugerir que estos “ indigenas ” serían muy buenos para el trabajo y que había riquezas y oro que explotar. Pero en un período muy corto se agotó el oro (1515) y las  plantaciones que se iniciaron decayeron tan pronto como la ocupación de las nuevas tierras tuvieron lugar. Santo Domingo fue sacada ademas de las rutas de comercio que al llegar a América tocaban Puerto Rico - bastión fortificado de protección para las naos que llegan - y llegaban a Guadalupe para reabastecimiento en agua dulce y alimentos, luego pasaban a Cartagena y al golfo del Darién para servir las  necesidades de las colonias del Virreinato del Perú, para luego pasar a la Nueva España, Puerto de la Vera Cruz, y de ahí iniciar el largo retorno protegido por el establecimiento militar de La Habana fortificada, guardiana de las fortunas que regresaban a Europa. Santo Domingo había sido sacada de la ruta.
Durante el siglo XVIII la colonia fue practicamente abandonada a su suerte viviendo en la autarquía, comerciando y haciento trueques con su vecina francesa, de manera legal o ilegal según el estado de guerra o paz relativa entre sus metrópolis.
Francia entra en la carrera americana con Jean FLORIN, Jean PARMENTIER et Jacques CARTIER bien entrado el siglo XVI. Pero había que esperar a Richelieu, sobre quien recayó el “ cargo ” de "grand maître, chef, et surintendant général de la navigation et du commerce de France ” en 1626. Inspirado por los ejemplos de Holanda y de Inglaterra, Richelieu creó entre 1624 y 1642 no menos de compañías de las cuales las principales se dedicaron a las “ islas ” de América. Antes que nada como hostigamiento y ataque, la corona francesa apoya discretamente a filubusteros, bucaneros y piratas con el fin de minar el poderío español en el área. Luego, el establecimiento de grupos en tierra firme, segun Blerald, “ fue la corona la que en Francia, sintió primero el interés en la valorización de las islas. Todo pasó como si la monarquía, consciente de esta incapacidad del capital comercial francés para concentrase y mobilizarse en una rotación ampliada incesantemente, hubiese escogido de manera deliberada abrirle la ruta de las Indias Occidentales ”pequeños negocios privados, ya sea aun más simplemente, en manos de numerosos particulares”.
Estas compañías francesas, administradoras de las islas, poseían derechos de señorío sobre las tierras correspondientes a sus monopolios y gozaron de la libre disposición de todo los territorios con excepción de la playa y costa de las islas que el Rey reserva para las necesidades de su marina : esos son los “ 50 pasos del rey ” Estas compañías gozaban de privilegios particulares, entre ellos el establecimiento de impuestos y derechos, la autoridad para hacer justicia, para establecer los reglamentos y ordenanzas para su funcionamiento y, prerrogativa extraordinaria, estas compañías podían hasta realizar tratados y hasta tratar de paz y de alianzas.  
La idea de la reunión de los dos territorios no era, por otra parte, nueva. Varios documentos nos han enterado de que se remontaba al reinado de Luis XIV y había sido en varias ocasiones objeto de aperturas diplomáticas entre las dos cortes. En 1698, Francia hacía sondear al gabinete de Madrid sobre el equivalente que se podría ofrecer a España por el cambio. En 1740, fue propuesta la isla de Córcega. En 1783, se trató de Guadalupe. Pero, dice un manuscrito [..........] “era la primera conquista de España en el ‘nuevo mundo’: allí descansaban las cenizas de Colón. Fernando se había comprometido formalmente [..........] a no separarla nunca de la corona de Castilla. El amor propio daba un gran precio a su conservación y la hacía mirar como la piedra fundamental del inmenso edificio de la potencia española en América”.
Las particularidades de la colonia de Santo Domingo
Proporción amo esclavo
En Santo Domingo, al no tener en el siglo XVIII una economía de plantación intensiva sino hatos ganaderos donde la necesidad de la mano de obra esclava era limitada, la presencia esclava no alcanzaba las magnitudes que en las demás colonias francesas o inglesas de la zona en la misma época. Las relaciones entre los dos grupos, amos y esclavos, tendieron en ese siglo a distenderse tanto que hubo una distorsión de lo que hasta ese momento se estilaba.
Una de las fuentes que nos permite establecer el estado avanzado de ese fenómeno en Santo Domingo es el código negro, cuya redacción fue ordenada por el Rey Carlos III de Borbón el 23 de diciembre de 1783, que fue terminado el 14 de diciembre de 1774 y finalmente firmado en 178922. En su preámbulo el Código Carolino (Sala-Moulins 1992:91) justifica su necesidad porque:
La isla española de Santo domingo sufre una lamentable decadencia en su agricultura desde hace más de dos siglos. Los abusos de su constitución, el reducido número de esclavos y de negros libres que posee, su vergonzoso ocio, su independencia y orgullo, los robos incesantes y los desórdenes continuos que cometen en los campos y en las haciendas han reducido la isla a la pobreza y a una situación de las más deplorables”. Este código tardío deseaba poner término al “desorden” legal, reorganizar el trabajo, las relaciones interraciales y las costumbres que reinaban en la colonia.
Esto no pretende afirmar que las relaciones amo esclavo aunque atenuadas hubiesen desaparecido. El grupo de prestigio, de referencia y de poder seguía siendo el del amo, por lo general blanco o “pretendidamente blanco”. 
Antes de la revolución, la colonia de Saint Domingue representaba el tercio del comercio exterior francés y las tres cuartas partes de la producción mundial de azúcar. Al surgir la revolución en Francia, con la adopción de los derechos del hombre y del ciudadano, esclavos, mulatos y libertos pretendieron todos el acceso a la igualdad de derechos, y en medio de los propietarios esclavistas, realistas partidarios del “ ancien régime ”, se desarrolla una guerra entre grupos y contra Francia, aparece la figura legendaria de Toussaint Louverture, antiguo esclavo que toma la dirección de la colonia como gobernador y luego como gobernador vitalicio, quien pretende primero la unificación de la isla que los franceses no habían podido ocupar aun. Los acontecimientos precipitan la colonia de Saint Domingue a una guerra de independencia que culmina en 1804.
En enero de 1801 Toussaint-Louverture penetra en el territorio oriental de la isla y deja recuerdos profundos a su paso. En 1802 llegan las tropas de Napoleón comandadas por su cuñado, el Général Leclerc y se inicia el período francés de la antigua colonia española. Si bien Haití será independiente, la colonia española pasará a ser colonia francesa hasta 1808 cuando patriotas dominicanos logran sacar a los franceses de la isla. La colonia vuelve a España y se inicia un nuevo período vegetativo : la España Boba. No será sino 13 años más tarde que se proclamará la nueva República del Haití español. Un año después, sin que la nueva república hubiese podido realizar apenas algún cambio, se iniciaría la ocupación haitiana de Santo Domingo. La dictadura de Boyer, por sus atrocidades y desafueros, enfrentaba levantamientos y revoluciones en la parte occidental y abandonó la plaza fuerte de Santo Domingo que fue entonces tomada por los patriotas quienes declararon la independencia dominicana, o como también se le ha llamado, la separación del estado haitiano, el 27 de febrero de 1844. 22 años había durado la ocupación. Los esfuerzos por imponer la lengua francesa no tuvieron éxito. La cultura criolla e hispánica se mantuvo incólume salvo en aspectos
tecnológicos, agrícolas y de comercio exterior en los que la experiencia haitiana había tenido una
influencia determinante que permitió un desarrollo relativo de las actividades agrícolas y
comerciales. Las denominaciones en francés para estos grupos son : Grands Blancs, Petits Blancs, Mulâtres, Sangsmêlés et affranchis, esclaves.   La colonia española habia sido finalmente cedida a Francia en 1795 por el Tratado de Basilea entre España y Francia.

A partir de esa fecha, 1844, se definen los dos estados. La guerra de confirmación de la independencia sería ulterior a la declaración. En lo adelante las opciones políticas entre los dos estados serán definidas como de relaciones exteriores.

Surgimiento de dos naciones
Como tantas naciones latinoamericanas, los dos estados muestran signos de inestabilidad política. Caudillos, grupos de clase o más bien de etnoclase se alternan en el poder a fuerza de revueltas, revoluciones y golpes de estado, de dictaduras breves, anexionismos, surgimiento de emperadores y reyes, restauraciones y breves períodos democráticos.
De este período, queda en ambas naciones el resquemor de la separación por un lado, y por el otro, luego del pánico que causó la revolución haitiana en toda el área del Caribe y más allá, el recuerdo (manipulado por ciertos grupos ferozmente anti-haitianistas) de las “ feroces ” incursiones haitianas en territorio dominicano. Otro elemento constitutivo de imágenes y representaciones, y no el menos importante, es la idea enarbolada por Toussaint-Louverture, quién había tratado de ponerla en práctica en 1801, de que “ la isla es una e indivisible32 ”.

Afirmación de dos identidades
La historia de las naciones se nutre de sus experiencias, unas frente a otras, y de las imágenes y representaciones respectivas generadas por la suma de las relaciones y contactos que  Más bien dos grandes batallas, y ambas después de la declaración de la independencia dominicana, o sea el 21 de marzo en la parte sur, y el 30 de marzo en la parte central.
En la RD se afirmaron dos grandes grupos : hateros poseedores de grandes extensiones de tierra y de
ganado y comerciantes, principalmente de import/export ligados a la producción agrícola y a la banca extranjera.
En Haití se alternan, a menudo de manera violenta dos grupos étnicos : los negros del norte y los mulatos del sur. En aquella época no había blancos ya que por la constitución de la nueva república éstos no podían tener la ciudadanía haitiana ni poseer bienes inmuebles. Al cabo de 15 años de ejercicio republicano, quien fuera su primer presidente, el General Pedro Santana, en 1859, reconoce como soberana a la reina española Isabel II, anexandose así la joven república a su antigua metrópolis, España, en 1861. Pero rápidamente las condiciones políticas y sociales se degradaron al punto de suscitar que las Cortes aprobasen el nuevo acto de renuncia de España produciendo así la “ restauración de la república ” en 1865.
Petión (xxx), Soulouque (xxx) , emperadores en territorio haitiano. EL Rey Christophe (xxx), conocido luego por la novela de Alejo Carpentier, El reino de este mundo (xxx) o por la obra de Aimé Césaire La tragédie du Roi Christophe(xxx).
han existido entre ellas. Estas imágenes y representaciones sirven como parámetro para la estructuración de la identidad nacional, por un lado y a los procesos de identificación negativa
de Mucchielli.
El sentimiento identitario entre República Dominicana y Haití estaba ya definido a principios del siglo XX. De la zapata cultural inicial, que diferencia ambos pueblos por la función asignada a la colonia, por la presencia/ausencia del poder exógeno, por la población (orígen y proporciones relativas de los grupos componentes del espectro social del país) y por el lugar que ocupa la plantación en el sistema económico y geográfico, se han estructurado lentamente elementos que constituyen el cimiento de la idiosincrasia, de la nacionalidad y de una identidad diferenciada. En el paso de colonia a república, el sentimiento nacional ha sido generalmente definido en relación con la antigua metrópolis. Esto ha sido el caso general de las Américas. Pero en el caso del Caribe, y precisamente de las dos naciones que nos ocupan, cada colonia se definió también una frente a otra como reflejo de las relaciones antagónicas o de cooperación entre sus  metrópolis respectivas.
Sin embargo, al principio del siglo XX, un elemento más se unió a estas diferencias : la presencia en ambas naciones del “ vecino del norte ”, los Estados Unidos de América durante uno de los períodos cruciales en la historia de la humanidad en cuanto a la definición relativa de los grupos humanos unos frente a otros. La primera mitad del siglo XX vio redefinirse los poderes del mundo en función de factores raciales y de hegemonías étnicas totalitarias..
Esta idea es el correlato caribeño de aquella de la república francesa recién constituida : “ la república es una e indivisible ”
En 1905, la República Dominicana, imposibilitada de pagar la deuda extranjera, (4 millones de dolares) ve su administración pública, y luego todo su suelo, ocupados por los norteamericanos. Los Estados Unidos habían sido encargados por las potencias europeas para el control de las aduanas con la finalidad de repartir las rentas públicas entre el servicio de la deuda externa y el servicio público. En 1916, el comandante de las fuerzas americanas declara la ley marcial y toma en sus manos la dirección de los asuntos públicos. Esta medida había sido tomada bajo el pretexto de un intento de golpe de estado. La república había sido ocupada militarmente.
En 1915 había ya sucedido lo mismo en Haití. Desde ese momento, y hasta 1924 para la República Dominicana y hasta 1935 para la haitiana, ambos paises estarían bajo la administración de una nueva potencia exógena. Antes ambas naciones se oponían a sus dos antiguos colonizadores, ahora ambos se encontraban opuestos a la misma potencia : Los Estados Unidos, potencia anglosajona.
Afirmaciones de filiación
Tanto en Haití como en la República Dominicana, la presencia norteamericana desencadenó procesos identitarios similares. Hay que recordar que el racismo científico que se había desarrollado en Europa hacia la segunda mitad del siglo XIX, a partir principalmente de las ideas de Gobineau35, impregnadas en América Latina por las teorías sobre el desarrollo y el pensamiento sociológico positivo, iban a formar parte de las corrientes filosóficas que orientaban las opciones políticas e ideológicas de la época : “el origen africano y la mezcla racial eran una tara para las sociedades latinoamericanas y caribeñas. La única solución que produciría un cambio favorable en nuestras sociedades era el vencer estas taras por medio de la educación y los estudios. Esta visión del mundo y de la función del “ hombre de color ” en su encuentro con el nortermaericano iba a contribuir en un primer momento al intento de construir una imagen de sí que le valorice frente al “ blanco ” norteamericano. Y el refugio fue para ambos países la “ latinidad ”.
Numerosos haitianos se declaraban “ franceses ” por el uso de esta lengua. Los dominicanos fueron primero “ indios ”36 pero rápidamente esta identificación era débil y poco productiva por lo cual pasamos a ser “ españoles ”37.
El primer movimiento haitiano “ afrancesado ” no tuvo ningún impacto frente al invasor y pronto surgió la “ africanidad ”, que luego se convierte en negrismo y negritud. En la República Dominicana se desarrollaría en la época otra ideología racial à partir de la idea de que el componente hispánico de la nación era ‘mayoritario’.  Estos estereotipos sirvieron luego de estandartes de los tiranos de turno de ambos lados de la frontera para implantarse mejor y sacar provecho de las desigualdades económicas entre los dos pueblos.
Para la república Dominicana, habría que esperar la muerte del tirano para sentir cambios de actitud y asistir a la realizacion de trabajos intelectuales y de divulgación sobre esta problemática y la toma de consciencia sobre ciertos parámetros identitarios, sobre todo mucho más realistas. La revolución de 1965, con la nueva intervención norteamericana, tuvo mucho que ver en este cambio. 
Hoy la presencia de la migración haitiana en República Dominicana no se sitúa en los ingenios que han vuelto a desaparecer en beneficio del turismo y de las zonas francas. Esta
migración se ubica en las zonas urbanas, en el sector de la construcción. La presencia dominicana en Haití es doble. Por un lado capitales dominicanos ‘intervencionistas’ que pretenden ahogar la ya maltrecha economía haitiana y por el otro las trabajadoras sexuales dominicanas que en una época coparon el mercado en Haiti. Estas nuevas circunstancias de contacto hacen variar las percepciones respectivas y determinan empatías, afinidades, antipatías y antagonismos.
Sobreviven aún los clichés y estereotipos que nos llegan de los tiempos de la colonia : para ciertos dominicanos los haitanos se convierten en “ bakás39 ” y se roban los niños para cocinarlos, untarse la grasa y volverse invisibles y así poder robar o violar en la impunidad ” Frente a un negro, un dominicano preocupado por evitar cualquier confusión de nacionalidad diría “ aquí el que es prieto que hable claro ”, siendo un rasgo identitario la lengua con su correlato : los dominicanos no son negros sino dominicanos, el negro es “ el otro ”, el caribeño, el haitiano. 
Para los haitianos, los dominicanos son traicioneros, ‘te clavan el puñal por la espalda’, reconocen a ‘la dominicana como una puta’ y así aparece en un sinnúmero de obras narrativas haitianas. Estas posiciones, que se arrastran desde los tiempos de la colonia y que son fruto de los intercambios de unos frente a otros y de las imágenes y representaciones respectivas creadas, ¿hasta qué punto son importantes en cada uno de los dos pueblos ? ¿hasta qué punto son éstas válidas en los dos pueblos ? ¿cuál es la intensidad de dichos prejuicios ? Solo un tratamiento objetivo podría llevarnos a identificar el conjunto de imágenes y representaciones elaboradas en los procesos culturales y hasta qué punto éstas son compartidas por el conjunto del los nacionales de uno y otro país. Los trabajos han comenzado ya. Esperemos los resultados. ¿Nos permitirá estos conocimientos mejorar las condiciones de comunicación e intercambio necesarios para los dos países que comparten una misma isla en los confines de dos antiguos imperios europeos y en el centro de una mundialización creciente Bibliografía
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